Salir del armario como homosexual o bisexual puede ser una experiencia muy personal y difícil para muchos jóvenes homosexuales y bisexuales debido al estigma social asociado a estas identidades y a la falta de redes de apoyo positivas.
Muchos experimentan miedo a la exploración, lo que les impide explorar su sexualidad. Esto puede tener graves repercusiones en la salud mental y el bienestar.
El miedo a estirarse
Las personas bisexuales se enfrentan a una serie de retos únicos a la hora de desenvolverse en el mundo heterosexual. Por desgracia, la discriminación, la intimidación y el acoso forman parte de la vida cotidiana actual con demasiada frecuencia. Puede resultarles increíblemente difícil mantener la confianza en sí mismos a pesar de toda esta presión de la sociedad y de las expectativas de la sociedad. Sobretodo una cultura plagada con sexualidad por todas partes, desde los anuncios publicitarios hasta en el tiktok, estudios sugieren que esta exposicion frecuente, aunado con el fácil acceso a películas porno, ha creado una distorsión en la percepción de los jóvenes hacía el sexo e intimidad. Por eso, las personas bisexuales deben hacer todo lo posible para aumentar sus posibilidades de llevar una vida feliz, sana y segura. Afortunadamente, numerosas organizaciones como The Trevor Project pueden proporcionar ayuda en este sentido. La organización cuenta con un sitio web único al que se puede acceder desde cualquier dispositivo.
Además, ofrece una serie de servicios complementarios, como grupos de apoyo en línea, una aplicación móvil y una página de Twitter específica. La organización destaca por su dedicación al apoyo de la comunidad LGBT y su inquebrantable inclusividad. Es un lugar ideal para empezar si tienes pequeñas preocupaciones o necesitas asesoramiento profesional.
El miedo al sexo
El miedo al sexo es un problema muy extendido que impide a las personas bi explorar su sexualidad. Esto puede deberse a muchas razones, como un conocimiento inadecuado de los propios derechos o haber experimentado dificultades sexuales en el pasado.
El miedo a la exploración sexual puede derivarse a menudo de una socialización negativa en la infancia, como ser castigado por tener experiencias sexuales. Esto puede crear una actitud negativa arraigada hacia la sexualidad que perdure a lo largo de la vida.
La bifobia puede manifestarse como la creencia de que la intimidad sexual es anormal, un deseo inapropiado de cercanía física o el miedo a que la pareja abuse de uno. Estos problemas comunes pueden conducir a la bifobia; si no se trata, puede afectar gravemente a la autoestima de una persona y a su capacidad para experimentar la intimidad sexual.
Otro factor potencial es que a algunas personas les preocupe sufrir un problema de salud grave durante o después de una relación sexual, como tener una ITS (infección de transmisión sexual). Aunque puede ser un miedo abrumador, puede controlarse mediante el conocimiento y las precauciones adecuadas.
Estos miedos pueden gestionarse mediante estrategias de afrontamiento eficaces y ayuda profesional. Es esencial identificar tus objetivos principales, crear un plan y ceñirte a ellos.
Es esencial ser consciente de sus sentimientos y expresarlos a un terapeuta. Hacerlo le permitirá afrontar cualquier temor y avanzar hacia una vida sexual placentera y satisfactoria.
La genofobia o coitofobia -el miedo a la intimidad sexual con alguien- puede afectar gravemente a la capacidad de disfrutar de la intimidad con la pareja. La genofobia también puede estar asociada a la ansiedad de rendimiento, lo que lleva a un rendimiento deficiente durante los actos sexuales y perjudica la capacidad de alguien para el placer y la satisfacción sexual.
La fobia al sexo
Si te identificas como bisexual, es posible que te sientas discriminado por las personas heterosexuales u homosexuales. Si este es tu caso, este miedo podría estar dando lugar a lo que se conoce como «fobia al sexo»: un miedo intenso a la exploración sexual y a la intimidad que afecta a muchas personas bisexuales.
Una fobia es un miedo intenso, irracional y desproporcionado con respecto a la amenaza. Si te ocurre esto, buscar ayuda profesional debería ser tu siguiente paso; las fobias sin resolver pueden afectar sustancialmente a tu vida.
Muchas personas que experimentan miedo a la actividad sexual también luchan contra otras formas de ansiedad. Esto puede incluir vergüenza corporal y dismorfia, así como traumas como violaciones o abusos sexuales en el pasado.
Esto puede provocar sentimientos de inadecuación y timidez, que pueden hacer que evites el sexo por completo o que experimentes graves problemas de imagen corporal cuando lo practicas. Si eres bisexual y crees que esto te impide explorar plenamente tu sexualidad, hablar de ello con un profesional de la salud mental puede ser beneficioso.
Otras causas del miedo al sexo pueden ser un historial de trastorno de estrés postraumático o una enfermedad física que imposibilite la realización de actos sexuales. Sin embargo, sea cual sea la causa subyacente de su ansiedad, existen tratamientos que pueden ayudarle a superar este obstáculo.
La terapia cognitivo-conductual (TCC) puede beneficiar a las personas que temen la actividad sexual. El objetivo de este tratamiento es modificar los patrones de pensamiento y las creencias negativas sobre la sexualidad que alimentan su comportamiento basado en el miedo.
Otro tipo de terapia que puede ser beneficiosa es la hipnoterapia. Su objetivo es modificar la percepción mental de la actividad sexual para que no resulte tan dolorosa.
El tratamiento puede ayudarle a vencer este miedo y a volver a disfrutar de los encuentros sexuales. También puede ser un paso importante hacia la curación y la creación de relaciones sanas.
Ansiedad sexual
Las personas bisexuales pueden sufrir «ansiedad sexual», es decir, miedo a una experiencia embarazosa o dolorosa o a que su pareja la desapruebe. Sea cual sea el origen, este tipo de miedo puede ser aterrador para muchas personas.
La ansiedad sexual puede llevar a las personas a abstenerse de la actividad sexual, lo que es perjudicial para la salud física y mental. Si siente ansiedad al mantener relaciones sexuales, debe buscar ayuda.
Hay una serie de tratamientos disponibles, como medicamentos, psicoterapia y técnicas de afrontamiento para ayudarte. Por ejemplo, aprender a relajarse en y alrededor del cuerpo de su pareja puede mejorar la calidad de sus experiencias sexuales.
Eliminar las expectativas sobre cómo debe ser el sexo puede ayudar a reducir la ansiedad sexual. Al eliminar el objetivo final de la mesa, puedes centrarte en saborear cada momento con tu pareja y sus caricias.
La ansiedad por el rendimiento sexual puede deberse a muchos factores, como el dolor o la disfunción sexual y la dificultad para alcanzar el orgasmo. También puede ir unida a problemas de autoestima o sentimientos de vergüenza interiorizados.
La ansiedad sexual suele coexistir con traumas pasados, dificultades en las relaciones y preocupaciones por la imagen corporal. Abordar todos estos problemas a la vez puede resultar abrumador, por lo que es esencial buscar la ayuda de un profesional cualificado.
Además de las sesiones de terapia individual, existen cursos en línea como el curso de ansiedad por el rendimiento sexual de Mojo. Dirigido por expertos y ofreciendo un espacio seguro para la exploración de los sentimientos y la obtención de herramientas para gestionarlos eficazmente, este curso puede ser muy beneficioso.
Depresión sexual
Para muchas personas, ser bisexual es una experiencia difícil e incómoda. A menudo implica enfrentarse a problemas complejos de salud mental, como la discriminación y los prejuicios. Cuando estas presiones se suman a tensiones cotidianas como la escuela, el trabajo y las relaciones, puede resultar más difícil sobrellevarlas.
Sentirse culpable, inútil e indeseado en la sociedad puede provocar sentimientos de culpa e inutilidad. Además, esto puede provocar depresión y ansiedad, ambas asociadas a una mala salud mental.
Una forma de gestionar el estrés de ser bisexual es buscar ayuda profesional, como la de un médico o un terapeuta. Estas personas pueden ser beneficiosas porque entenderán tus ansiedades y te harán sentir menos aislado.
Otra forma de combatirlo es mantenerse activo y participar en deportes o hacer ejercicio con regularidad. Se sabe que la actividad física levanta el ánimo y reduce los síntomas depresivos, además de mejorar el rendimiento sexual y las erecciones.
Ayudar a quienes sufren depresión es esencial, ya que puede ayudar a evitar problemas más graves en el futuro. Esto es especialmente cierto en el caso de los jóvenes bisexuales que aún no se han planteado su sexualidad.
Para algunos puede resultar difícil pedir ayuda debido a la discriminación sufrida en el pasado o a la preocupación por la intimidad, pero si tienes problemas, no esperes: busca ayuda hoy mismo.
Las personas bisexuales tienen el doble de probabilidades de permanecer en el armario que las lesbianas o gays. Esto puede tener graves repercusiones, ya que los estudios demuestran que estas personas sufren más enfermedades mentales y autolesiones que sus homólogos gays y lesbianas.